Alejandro fue a saludar a su madre, charló animadamente, pero al entrar su padre, todo cambió, tenía varias preguntas que hacerle y sobre todo reprocharle porque permitió que le apliquen para interrogarlo.
-Tenemos que hablar.
Le dijo cortante.
El General no se inmutó.
-Seguime.
Su madre jamás se metería en la oficina de su marido si este estaba en una reunión, ella era la única que accedía a dicho lugar y lo hacía para limpiar, le tenía absoluta confianza a su esposo, pero sabía que había secretos de estado que no le competían a ella y eso lo respetaba.
Jamás abrió una carpeta o tocó alguno de los aparatos que su esposo guardaba celosamente en los cajones del escritorio.
Allí se entraba únicamente posando el iris en el lugar competente y esa oficina tenía una puerta blindada.
Tanto Evelyn Dome, la madre de Alejandro, como su esposo, entraban a esa oficina cuando el sensor reconocía el iris de sus ojos.
Según Leonardo, su esposo, ninguna precaución era poca.
- ¿Qué significó eso? ¿De