DUNCAN
El desayuno está servido, Abigail está a mi lado comiendo con tranquilidad.
Como siempre.
A veces hasta olvido de su existencia en mi mesa, es tan callada y correcta que a veces pienso que no es real.
Encajamos bien al inicio, me gustaba su compañía y todo, pero ahora, ahora solo siento que ella usurpa un lugar que no es suyo y que estoy equivocado en las decisiones que estoy tomando.
Ella es mi mejor amiga, daría todo por ella, sería capaz de todo por lo muchos años que me ayudó y que estuvo a mi lado sin que yo lo pidiera. Es como una hermana.
Por eso la convertí en mi Luna, ella tampoco pudo encontrar a su mate nunca.
Siento el característico olor a melon y naranja por ahí que me hace remover inquieto.
Ya está en la cocina.
Cuando la descubrí, cuando supe quién era y qué iba a llegar a mi vida para cambiarla solo con oler ese delicioso olor supe que nada iba a ser igual y que el mismo dolor de años atrás iba a volver.
Ella es hermosa.
Tan