Al día siguiente de la visita a Ester había un gran cielo despejado, sin una nube, era la clase de condiciones que se necesitaba para navegar y hacer buen tiempo. Como lo siguiente que había que hacer era dirigirse a las islas encantadas para visitar a Derian y Kilian necesitaban un barco, pero les tomaría tiempo obtener los permisos necesarios para dejar el muelle, la poca autoridad que se encontraba en ese lugar era muy estricta y hacerlo todo por la vía legal llamaría la atención de la Real Maria Aspera. Terr impacientando, tomó una decisión casi sin pensar, reunió a todos y les dijo.
―Escuchen, compraré un barco que esté en buenas condiciones, ustedes saldrán a conseguir alimentos, bebida, agua y pólvora, mucha pólvora. Nos reuniremos de nuevo en este punto y saldremos del puerto.
¿Qué hay de los permisos? ―preguntó Casandra.
―No espe