Casandra no estaba aún segura de cómo resultarían las cosas para Thomas ni para nadie, solo rezaba para que nada malo le pasara. Terminó el día y la noche regresó trayendo a la luna llena con ella. Terr sabía que les faltaba por lo menos un día y una noche mas de viaje antes de llegar a las islas, muchos de los marinos les preguntaban cómo eran la criaturas que habitaban en ese lugar, Terr hizo que todos se reuniera para contarles, todos se acercaron intrigados y él les dijo.
―La última vez que estuve ahí, antes de llegar vi una gran niebla que cubría completamente esas islas, es peligroso intentar llegar muy rápidamente pues se puede encallar en una de las rocas, hay que arrojar el ancla y amarrar las velas del barco. Para llegar a esa isla se debe bajar en bote, cuando pisé la arena era algo muy distinto a lo que hubiese sentido antes y los animales son raros y ún
Terr corrió donde se encontraba Simón para que usara la hoz de la oscuridad, y le dijo.―¿Qué esperas?, tú puedes controlar al Ogopogo con la hoz y no te veo haciendo nada.―Eso estoy intentando, ya he estado atacando, pero sigue aquí ―respondió Simón―Su cabeza, la bestia tiene la cabeza asentada en la proa del barco, que tal si corres con la hoz y cuando te vea tal vez y digo tal vez deje de atacarnos, además nada puedes perder ―dijo Terr―Para ti es fácil decir que haga lo que me pides, pero en realidad es más complicado de lo que parece. La cola del Ogopogo está dando golpes por todo el barco, me dices que no tengo nada que perder, pero si hay algo, mi vida, si el Ogopogo me come será mi fin ―dijo Simón―Si eres cuidadoso lograras llegar hasta la proa, debes intentarlo o nos hundirá por completo ―le dijo Terr.Simón convencido
En el barco del capitán Terr, Cumbe recuperaba la conciencia, despertó justo al lado de su hermano. Se sentía mucho mejor, el dolor había disminuido bastante. Les faltaba nada más que un día de viaje para que llegaran a San Pablo de Manta, finalmente vieron tierra, llegaron. Tantas cosas habían pasado en el viaje que Terr se sentía agotado.Desembarcaron y Simón y Cribas ayudaban Calembe para que llevara a su hermano a un lugar donde se pudiera recuperar. Terr se quedó en las celdas para ver que hacía con los amotinados y con la tortuga que habían traído de contrabando, se acercó a los amotinados y les dijo.―Los dejaré libres, pero no crean que lo hago por buena voluntad, es una forma de castigo para ustedes, estando aquí los españoles los volverán a usar como esclavos, eso es lo que sacan por intentar amotinarse.Sacó a los prisi