Gabriela
Después de la preocupante reunión con nuestros padres, me vi en la obligación de confesar la verdad, por eso, después de los nuevos parámetros de seguridad, les dije del nuevo apartamento pre negociado. Eso no les gustó mucho, más no lo prohibieron. De todas maneras, ya estaba decidido. Si deseaban poner a un pelotón alrededor para cuidarme, bienvenido será.
Mis padres cruzaron la mirada, pidieron hablarme en privado. Y por eso me encontraba en el despacho del señor Maldonado. Por chat le había estado hablando con Sam, le escribí que muy seguro les hablaré con la verdad, y en cuestión de minutos se enterarán de nuestro noviazgo, dado que esa era la razón verdadera de mis intenciones para irme de la casa.
No iba a negarlo, me daba más miedo mi madre que mi padre. Esperemos a ver qué dicen, muy seguro mi mamá pondrá el grito en el cielo, volarán zapatos o puede que no sea así y nos dé la bendición sin problemas. Pero ya no había vuelta atrás. Después de diez minutos esperándolo