Eugenia María

Desde un gran televisor vimos a una preciosa Rubí vestida con una bata blanca dando el sí a mi hermano en una silla de ruedas. Los testigos fueron mis padres y los padres de ella. Eros fue el camarógrafo y Manuel les pasó los anillos. A pesar de su vestimenta: una bata de doctora y él con un traje de enfermo.

Lo iban a llevar a un examen cerebral. Sin importar las circunstancias, ahora ellos decían si aceptó ante la ley. Era la boda más atípica, pero se veían tan precioso. Sentí tanta nostalgia ante mi separación, pero debía superar eso y pasar página. Ahora Egan y yo estábamos en una situación preciosa y nuestro bebé viene en camino. Acaricié mi vientre.

—Estamos más arregladas nosotras. —comentó Maco—. Pero una boda de esa manera me parece tan romántica. Con el brillo en los ojos de cada uno hace que uno los vea tan preciosos.

Mapa alzó la copa brindando por la nueva pareja. Mi hermana llegó sola, no había visto a Alexey y era raro, desde que son pareja pasan juntos