—Se ve tan hermosa, tan preciosa, sin duda el nuevo vestido le queda aún más hermoso, hace que lo sencillo se convierta en algo extraordinario, en algo digno de admirar…—Observe a Anya como si la quisiera matar ahora mismo, mientras esta hizo un gesto como quien me indicaba que dejara de quejarme y solo me diera al dolor que ella no tenía culpa.
—Sí, si, si, qué linda, qué hermosa… Carajo que mal humor…
—Esa boca… Eres la futura Duquesa y debes comportarte como tal, es hora de dejar esas bromitas las palabras extrañas y esas travesuras tuyas, sin contar que debes dejar esa horrible cosa de ser tan excéntrica, deja de amar más el oro y las joyas que las personas por favor…—Hice una mueca de disgusto ante lo último, esta mujer está loca, ¿Cómo voy a dejar de lado a mis precisos? No importa cuánto tiempo llevé en este mundo siempre me deslumbraré ante un vestido caro, oro y joyas, soy demasiado esnob, y así moriré.
—Eso nunca, si hago cualquiera de esas cosas perderé mi flamante persona