Dentro de la habitación, el murmullo alterado de las voces en el pasillo comenzó a filtrarse en la conciencia de Luca. Abrió los ojos lentamente, desorientado. Su cuerpo entero protestó; dormir en el suelo le había dejado los músculos agarrotados y un dolor punzante en el cuello. Escuchó fragmentos de la conversación: "...diez horas..." "...Lombardi..." "...despertarlo...".

Se incorporó, alerta. Se había quedado dormido. Su amor por Amy lo había traicionado una vez más, haciéndolo vulnerable. Sintió una punzada de temor. Tenía que salir de allí antes de que lo descubrieran. Temía encontrarse con la familia de Amelia, temía la confrontación, temía ver a Noah Walker.

Mientras se ponía de pie sigilosamente, escuchó nuevas voces acercándose por el pasillo. Voces que reconoció.

—¡Muchachos! —era la voz de Ricardo De la Torre—. ¡Lombardi está aquí! Ya está hablando con Ramírez. ¡Por fin!

Luca se quedó helado. Ricardo. Y si Ricardo estaba allí...