Capitulo291
Mi cuñada teme especialmente no poder controlar su deseo sexual.

Entonces, con rapidez, me empujó y, intencionadamente, comenzó a contradecirme: —Óscar, qué travieso eres, ¿cómo te atreves a decirme eso? En verdad cada vez te pasas del límite.

En ese momento, había recuperado algo de compostura.

La verdad era que me sentía muy confundido y nervioso, pero no podía retroceder.

Solo me quedaba continuar con lo que tenía que decir: —No hay más, tú me obligaste.

—¿Y cómo te obligué yo? — me respondió ella, con un tono desafiante.

Yo le contesté: —Dijiste que buscarías a otro hombre para que te diera esperma para quedar embarazada. ¡Eres mi cuñada, no puedes hablarme de esas cosas!

Al recordar las palabras de mi cuñada, un dolor punzante me invadió.

Aunque no era su esposo ni su pareja, en mis pensamientos ella siempre había sido una persona cercana, casi como una mujer para mí.

Era imposible para mí aceptar que mi cuñada, justo frente a mí, dijera que buscaría a otro hombre para quedar emb
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP