Cap: 02

Tres meses pasaron y el dinero no me daba para cubrir todos mis gastos, estaba voviendome loca, tenía que pagar la renta, comprar leche a mi niño algunos medicamentos, comida para mí... No me alcanzaba...

Hasta pensé en vender mi cuerpo... Pero ¿Que pensaría mi niño de mí cuando sea grande?

Llego a la cafetería llena de ojeras y mi pequeño en mi hombro, no dormí de tanto pensar.

Patricia me mira y suspira.

-No entiendo por que te niegas a vivir con nosotros mirate Celia, pareces fantasma. Me recrimina Patricia.

Suspiro dejando a mi niño en un viejo coche con varios juegos, por suerte es muy tranquilo y casi no llora, solo cuando tiene hambre.

-Me han ayudado mucho Patricia, de verdad estoy bién.

-Eso ni tu misma te lo crees. Vuelve a suspirar. Te tengo un excelente trabajo... No es el mejor que digamos pero la paga es muy buena... Es para que atiendas una mansión que se encuentra en una finca

-Pero... ¿Y mi niño? Pregunto

- Le hablé de eso y ella me dijo que eso no importa, esas personas quieren que viva allá y si el niño no es problema no importa.

-Entonces... ¿Estás de acuerdo que vaya allá.? Le pregunto algo dudosa

-Claro que sí niña tonta, tienes un bebe que va creciendo y necesita suficiente dinero, además apenas cumpliste los diecinueves años, con ese dinero puedes completar tus estudios y ser alguién importante luego destruir a esos bastardos que tienes como padre y dique prometido.

Asiento dándole la razón.

-De acuerdo ¿Cuándo debo ir?

-Mañana tienes que ir a su residencia para que te hagan la entrevista, estoy segura que te aceptarán.

¿-Y si no me aceptan?

-No pierdes nada con ir... Mi hijo Mark te llevará no sabes andar en la cuidad.

-Te lo agradezco Patricia... Eres como una madre para mí. Digo sentimental.

-Tú también eres como una hija... Pero basta de sentimentalismo y mejor vamos a atender los clientes.

(...)

Al día siguiente me levanté muy temprano y busqué una de mis mejores ropas (Aunque todas eran viejas) Me vestí y a mi hombrecito igual.

Mark me llevó en su viejo auto hasta le lujosa residencia.

-Cualquier cosa, estaré aquí esperándote suerte celia.

Asiento bajandome del auto.

-Nos vemos al roto Mark.

El solo asiente y entro a la lujosa mansión.

Una ama de llaves me recibe y me mira de arriba abajo.

¿-Que se le ofrece señorita? Dice seria sin expresión.

-Tengo una entrevista con la señora Sara Jhonson.

-De acuerdo sigame.

Suspiro y sigo a la señora con mi pequeño en brazos, que mira todo el lugar con curiosidad.

-Puede esperar aquí señorita...

-Celia

-Bién celia, la señora la atendera en unos minutos.

Asiento y élla se retira.

Permanezco de pies esperando y para que mentirles muy nerviosa.

Unos diez minutos mas tarde una elegante señora se presenta ante mí.

-Perdón la tardanza, estaba algo ocupada. Dice para sentarse elegantemente en uno de sus muebles.

-No se preocupe, no pasa nada. Digo algo nerviosa.

Ella asiente y me mira a mi y al bebé.

¿-Por que no tomas asiento? Debe de ser muy cansado permanecer de pies con un bebe en mano.

-Descuide, estoy acostumbrada. Digo acomodandome en otro mueble frente a élla.

Ella no dice nada y solo me observa.

-Tu rostro me parece conocido, pero no se de donde ¿Cuál es tu nombre pequeña?

Mi corazón golpea violentamente en mi pecho.

-Ce... Celia...

La señora Jhonson solo me observa y eso me pone mas nerviosa.

-De acuerdo Celia... Cuentame un poco de tí ¿Cuántos años tienes? ¿Quienes son tus padres?

-Tengo diecinueve años y mis padres... Están muertos. Digo recordando la clase de escoria que tengo como padres.

Ella levanta las cejas.

¿-Están muertos para tí o en realidad murieron? Me pregunta sin despegar la mirada de mí.

¿Que ella lee la mente?

Muerdo los labios.

-No es necesario que contestes Celia... ¿Me puedes decir algo del padre de tu niño?

Miro hacía otro lado

-También está muerto. Digo apretando mi niño mas hacía mí.

La señora Jhonson suspira.

-Si eres cinsera conmigo quizás pueda ayudarte Cecilia Williams.

Escuchar mi verdadero nombre de su boca hiso que pierda el color de mi cara y sentiera un leve mareo.

-Por tu reacción asumo que estoy en los correcto... Pero no me explico como que es que estás viva y además ¿Con un hijo?

La miro sin entender.

-No sé de que habla señora Jhonson.

Ella solo me observa como lo ha hecho desde el principio.

-Fui a tú velorio hace unos meses, se supone que moriste en un terrible accidente, nadie supo como fue, pero tus padres y prometido estaban devastado.

No puedo creer que esas personas hayan hecho eso, pero ¿Que se puede esperar de semejantes monstruo?

¿-Devastados? Ja lo dudo, mejor dicho felices. Hablo reprimiendo el odio que siento a esas personas.

Sara no se sorprende en nada de lo que digo y permanace en silencio.

-Presentía que algo ocultaban, por eso la zorra de tu hermana... Perdón, la señorita Williams drogó a mi hijo para acostarse con él, no sé que pretendía. Habla frunciendo el ceño la señora Johnson.

Me sorprendo de sus palabras y bajo el rostro... De seguro la señora Johnson piensa que soy igual a mi hermana.

-Señora... Le juro que sabía no nada de esto... De haberlo sabido yo...

-Tranquila Celia, sé que no tuviste nada que ver todo ocurrió en tu supuesto velorio... Pero cuéntame ¿Que es lo que te ha pasado?

En vista de que la señora Jhonson no quiere saber de mi familia eso me brinda un poco de alivio y sé que puedo al menos confiar en élla.

Le cuento todo desde el principio, hasta como llegué aquí.

Élla me mira sin expresión y algo de pena.

La miro colocarse de pies y suspira.

-Te propongo un trato Celia, estoy pensando en levantar una nueva empresa de marketing, pero aún no tengo quién esté al frente, si tienes la suficiente capacidad para manejar una empresa y desarrollarla como es debido, serás la nueva CEO, pero si no es así, solo trabajarás en la mansión.

¿-De verdad haría eso por mí? Pregunto sin pider creerlo.

-Claro que sí, simpre y cuando no me traiciones las dos nos beneficiaremos.

-Jamás haría eso. Digo segura.

-Eso espero querida.

Al salir de la mansión le conté la buena noticia a Patricia, su esposo e hijo estuvieron muy felices por mí y decidieron con ayuda de un amigo abogado sacar mis papeles para inmediatamente ponerme a estudiar con mi nuevo nombre Celia Álvarez García, llevaba el apellido de Patricia y su esposo Marco.

¿- Estás feliz mi pequeño Angel? Le digo a mi bebe, mientras le doy el pecho.

Puedo notar su sonrisa y eso me hace más feliz.

-Tu mami hará lo imposible para hacerte feliz y vengarme de aquello que nos hicieron sufrir ¿Estás de acuerdo?

Mi niño solo sonríe con sus hermosos ojos verdes, igual que el padre, pero no me importa es mi hijo y así lo amo.

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