Cap:01

El día siguiente llegó y los nervios no me dejaron dormir, me sentía muy ansiosa.

Como dijo Victor, Andrés fue por mi a primera hora así que busqué el poco dinero que tenía ahorrado cuando vivia con mis padres, no era mucho pero para algo servía.

Llegamos al hospital, Andrés me deja en una habitación y se marcha no se dónde, así que aprovecho y me voy por la dirección contraria a la que el se va.

Camino rápido por el gran pasillo del hospital y entro a una habitación donde los doctores guardan la ropa.

Me cambio inmediatamente por uno de esos trajes y me marcho a toda velocidad por la puerta de emergencias.

Ya fuera del hospital empiezo a correr sin un destino fijo hasta alejarme de ahí.

Mi corazón latía a toda velocidad y mis manos temblaban por los nervios, corría y caminaba durante horas, luego entré a una tienda de ropas barata y compré una peluca rubia corta de la mas barata junto a unos vaqueros y un abrigo con capucha.

Tomé un tren que salía no se dónde y decidí irme.

Me bajé en la última parada y ya estaba muy mareada y hambrienta.

Entré a una cafetería y compré lo mas barato para comer, no podía gastar mucho dinero, tenía que ahorrar lo más que podía hasta ver lo que podía hacer..

Mientras caminaba sin rumbo encontré una mochila y algunas ropas en el basurero, que estoy segura que me serviría para algo.

Al llegar la noche, no podía darme el lujo de pagar un hotel así que me acosté en una banqueta de un pequeño parque, por suerte la noche estaba fresca y no pasaría frío.

Al día siguiente con los mareos y naunseas matutinas seguí caminando sin detenerme, no iba a permitir que esas personas me encontrarán por eso debía de alejarme lo mas que podía.

En los lugares que miraba que pasaba muchas personas me sentaba con un cántaro y algunas personas me tiraban monedas que era suficiente para comer en el día, no podía gastar el poco dinero que me quedaba, tengo que pensar en el bebe que crece en mi vientre... Aunque su padre es un maldito que odio con toda mi alma, esta pequeña criatura no tiene la culpa de nada, solo es una victima mas de este mundo cruel.

Cuando mis pies no dan para más me detengo frente a una cafetería, llevaba días caminando y mis pies están hinchados con algunas heridas.

-Tomemos un descanso aquí bebe ¿Que dices? Susurro acariciando mi vientre plano.

Suspiro al tomar asiento debajo de un árbol y me quedo dormida... La verdad estoy muy cansada.

-Oye niña despierta. Una voz hace que me coloque de pies asustada.

Frente a mí una mujer hermosa de piel morena de unos treinta años me mira con curiosidad.

-Oye niña ¿Te encuentras bién? Me pregunta preocupada mientras me escanea.

Iba a contestar, pero mi estómago suena haciendo que me ponga roja de la vergüenza.

¿-Tienes hambre? Me pregunta sin dejar de mirarme.

Yo solo asiento bajando la cabeza.

La hermosa mujer toma mi mano y me lleva a la cafetería que al parecer es de élla y me brinda una rica sopa.

-La preparé hace unas horas pero está buena.

Yo solo asiento y sin pensarlo dos veces devoro la sopa.

-Vaya si que tenías hambre ¿De donde eres pequeña?

Permanezco callada sin saber si puedo confiar en élla.

Ella alza las cejas.

¿-No me digas que estás escapando?

No digo nada y la bella mujer lo toma como un sí.

-Ya veo... ¿Estas huyendo de tus padres? ¿O un marido loco?

No contesto y élla me mira con lástima.

-Supongo que es lo segundo... ¿Cierto?

Asiento

¿-Cual es tu nombre pequeña?

Lo pienso y no le doy mi verdadero nombre. Solo le hago pequeños arreglos.

-Me llamo Celia. Digo bajito

-Bién Celia, ¿Tienes más familiares donde puedad ir?

Niego y élla suspira mirándome de arriba abajo.

-Mira como estás... ¿Cuántos dias llevas fuera de casa?

-Varios...

La bella mujer suspira nuevamente.

-Mi nombre es Patricia y este es mi local, no puedo dejar que una pobre niña deambule sola por la calle, puedes quedarte hasta que cierre y tomar un baño en mi casa si quieres, luego veremos que hacer, debes de volver con tus padres.

La miro con horror y tomo su mano.

-E... Estoy embarazada... Ellos me obligaron a casarme... Hablo con tristeza, la verdad no sé que hacer, ni a donde ir, pero una cosa estoy segura lucharé por mi y por mi bebe.

Patricia me mira sorprendida y baja la cabeza a mi vientre.

-Que malditos... ¿Que pasa por la cabeza de los padres hoy en día?

Así fue como hice una amiga, más que amiga la veía como mi proctetora... Una madre y le estaré agradecida durante toda mi vida.

Patricia me contrató para que trabajara como mesera en su local, no era mucho, pero al menos era suficiente para mí.

Renté un pequeño cuarto al lado del departamento de Patricia contaba con un baño, era solo una habitación, donde tenía la sala, la cosina y una pequeña cama todo junto, eso para mi era suficiente.

Los meses iban pasando y mi panza creciendo, Patricia me llevó a un hospital donde ayudaban a chicas con poco recursos como yo para que todo les fuera gratis.

Todo me fue mas fácil gracias al esposo de Patricia, que se llama Marcos que era guardia en el hospital y conocía a todos.

Marcos y Patricia tenían un solo hijo, un joven muy educado un año mayor que yo, se volvió como un hermano para mí.

Los nueve meses llegarón y el dolor del parto fue horrible pero nada me daba mas alegría que ver a mi niño fuerte y sano... Y sí es un varón y le puse de nombre Angel, mi niño fue un pequeño Angel que iluminó mi vida.

Patricia, su esposo e hijo fueron de gran ayuda para mí, me enseñaron a cargar mi niño, bañarlo, limpiarlo... Todo... Esas personas tienen mi gratitud mientras vida tenga.

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