Amanda aún no había terminado de hablar cuando escuchó a Lucas reírse, un sonido lleno de burla y desprecio, como si ya hubiera esperado esa llamada.
— Señorita Amanda, ¿qué honor me concede usted?
Su tono era sarcástico y altanero.
— No es más que lo que querías, ¿verdad? Disculparme contigo… —comenzó ella, tratando de mantenerse tranquila.
— ¿Disculparte con unas simples palabras vacías por teléfono? No, no. Quiero que vengas personalmente y le pidas perdón arrodillándote ante Viviana y pidiéndole sinceras disculpas, y, además, que dejes que te devuelva los manotazos que le distes. Solo así sentiré que has pagado por lo que hiciste.
— ¿Estás enfadado porque golpie a Viviana o porque te engañé a ti?
Al otro lado, Lucas no respondió.
— Lucas, te lo dije muchas veces, yo ya tenía a alguien, pero tú no me creíste. Te deseé lo mejor con Viviana, pero estabas tan seguro de que yo jugaba contigo, de que quería atraer tu atención.
— Aceptaste que fuera la amante de Jorge, eso podías tolerarl