26. ¡Hiciste trampa!
¡Hiciste trampa!
El sábado por la mañana, Allie se estaba poniendo su traje de baño, mientras esperaba a que llegara su amiga. Despertó muy temprano y bajó a desayunar, ya que no quería encontrarse con Gabriel.
Escuchó unos golpes en la puerta y se acercó a abrir.
—¿Por qué cierras con llave? —interrogó su amiga Gina, entrando.
—Porque no falta quién entre sin tocar —respondió—. ¿Te recibió Emma?
—No, me abrió Gabriel y me dijo que podía pasar —Allie puso los ojos en blanco.
—Seguramente su amabilidad tiene algún interés —espetó la castaña.
—Lo invité a pasar la mañana con nosotras en la piscina —mencionó la rubia, cubriéndose la cara.
—¡Gina!
—¿Qué? Dijiste que me compartirías tu suerte y ver a Gabriel en bañador, se puede contar cómo ser una generosa y buena amiga —bromeó—. ¿Estás bien con él?
—No sé a qué le llames bien. Hablamos lo necesario e intentamos evitarnos lo más posible —explicó—. Ahora ponte tu traje de baño, vamos a la piscina y espero que la pasemos bie