SOLEDAD:
Entro al despacho con la cabeza gacha y el alfa me toma del mentón y alza mi mirada.
—Nunca bajes la cabeza ante nadie ¿Quedó claro?
—Si alfa.
Respondo de manera automática y este frunce el ceño.
—Ossian, ya te lo he dicho Soledad, llámame Ossian.
—Vale, Ossian.
Murmuro mientras lo miro a los ojos y siento como el tiempo se detiene solo quedando nosotros dos.
De pronto desvío la mirada a otro lugar que no sea sus lindos ojos y escucho un suspiro de su parte.
—Sigueme, tengo algo importante que contarte.
Ossian camina hacia una de las paredes y observo como hunde un pequeño botón apenas visible, de pronto una pequeña puerta se abre y él me hace señas para que entre.
Con algo de duda entro por la pequeña puerta y este la cierra.
De un momento a otro el oscuro pasillo se ilumina con grandes antorchas y abro los ojos.
—Wao ¿Cómo hiciste eso?
Le pregunto al lobo mientras lo miro y este se encoge de hombros.
—Un mago nunca revela sus secretos.
Me guiña un ojo y mi corazón se aceler