Capítulo 13
Ocho años antes:
—Te vi el otro día en aquel coche blanco. —me dijo mi hermano y en su rostro se dibujó una sonrisa malvada.
Instintivamente miré a mi alrededor en busca de mis padres.
—Descuida, están en la iglesia. ¿Qué hacías con ese creído?
—No es ningún creído. —lo defendí y al ver como me miraba me ruboricé.
De solo pensar en ese día me ponía colorada. No había sucedido nada. Antoni me había llevado a la entrada del pueblo y me había dado unas clases particulares para aprender a conducir. Todo iba bien hasta que posó sus manos encima de las mías para explicarme cómo debía tomar el volante y su cercanía fue demasiada. Cuando lo miré me encontré con sus ojos azules, sus labios rojos y carnosos, su perfume embriagador y sus manos calientes. No pude aguantar tanta tentación. Me asustó lo que estaba sintiendo y salí corriendo.
Mi hermano chasqueó los dedos delante de mis ojos devolviéndome a la realidad.
—¿En qué pensabas?
—En nada.
Los dos estábamos en el porche. Mi