-Dos de todo, y un cuarto de barril de vino- Grito Miriar.
Selini se asustó ante el grito, porque no había nadie que lo atendiera, solo estaba unas mesas ocupadas por pueblerinos que tomaban vino, que ni se tomaban la molestia de disimular que los estaban viendo.
-Entendido- Una mujer grito, de lo que Selini supuso que sería la cocina.
A Selini no le molestaba Miriar, pero era un difícil iniciar una conversación con ella cuando estaban solas, y Miriar nunca había mostrado interés por iniciar una conversación con ella.
Hasta hoy.
-No te encariñes con Lyaus, él está comprometido-
Selini se sorprendió por las palabras de Miriar, no por el hecho de que el príncipe estaba comprometido, eso ya lo sabía, sino porque era como un comentario que destilaba preocupación hacia ella.
-Lo se… Pero es difícil no hacerlo-
Miriar se curos de brazos, viéndose más intimidante. – Cuando matemos a la bruja, de seguro se olvidará de ti-
Selini no respondió, solo agacho la cabeza.
Miriar, no se tocaría el cor