Capítulo 82: Su mayor deseo.
Besos apasionados y caricias desesperadas, dos corazones latían en la pasional faena de aquella pareja que se amaba con el cuerpo y con el alma. Respiraciones entrecortadas y gemidos intensos levantaban el calor de aquella habitación, haciendo que los sentimientos se fusionaran intensamente en uno solo: el amor.
Un último suspiro, una anhelada caricia, y los ojos zafiros que se perdían en los verdes al tiempo en que alcanzaba el clímax liberando su semilla en su pequeño vientre. Arianna nuevamente tocó el cielo, y como un par de adolescentes, no habían logrado dejar de tocarse sin sentir que el calor subía y les quemara la piel en aquella ansiedad por sentirse dueño del otro sobre aquella cama y sin nada más perderse en el otro.
Acariciando el rostro de Leonardo, Arianna repasaba con sus yemas, esa herida que su valiente hombre había recibido por defenderla.
¿Hasta dónde era capaz de llegar Leonardo Prego por ella?
Su rostro varonil era hermoso, sus labios carnosos eran tentadores. Am