Mientras tanto, Dan y Mónica estaban a salvo y juntos.
—Monica, amor, ¿estás bien? —preguntó Mónica con preocupación.
Dan sonrió aliviado.
—Sí, yo y nuestro hijo estamos bien —respondió.
—¿Nuestro hijo? —sorprendido por la revelación de Mónica.
—¡Si felicidades, serás papá! Ahora dame un arma que voy a volar cabezas.
—Voy a ser papá —Dan estaba tan emocionado que cargo a Mónica en sus brazos y la lleno de besos, después le entrego un arma.
Los disparos resonaron nuevamente, pero esta vez Dan y Mónica estaban listos para enfrentarse a la amenaza.
Mientras tanto, Thomoe buscaba desesperadamente a Celeste.
—¿Dónde está Tete? —preguntó preocupado.
Dan frunció el ceño.
—¿No estaba contigo? —respondió, sintiendo crecer la preocupación.
Thomoe miró a su alrededor, buscando a su hermana.
—¿Dónde está mi hermanita? —preguntó con angustia.
Dan intentó calmarlo.
—La encontraremos, demonios. Pero primero, terminemos con esto —dijo, refiriéndose a los agresores.
Después de una larga y agotadora no