Al final terminé comunicándome con Sara. Estaba de camino a su departamento después de haberle explicado lo sucedido.
Iba mirando por la ventana el oscuro paisaje que me rodeaba. La noche era fría y tenebrosa como si de una película de terror se tratase.
Me preguntaba por qué Jean no me respondía las llamadas... ¿Qué lo tenía tan ocupado? Lo necesitaba en ese momento y no estaba disponible, o tal vez no tenía su celular encima.
No debía pensar lo peor.
Llegué al departamento donde vivía Sara y me despedí del chófer. Nunca me di la oportunidad de conocerlo más allá de saludarlo y decirle a dónde quería ir.
Cuando me bajé del auto, empezaron a caer gotas de lluvia, lo que faltaba. Corrí hasta la entrada del edificio y seguí las indicaciones que me dejó mi amiga por mensaje.
No tardé mucho en llegar a la puerta, tocando el timbre.
—Amiga... Entra de una buena vez —dijo en cuanto abrió.
Me ayudó con la maleta y me rodeó con su brazo. Se notaba la preocupación en su expresión porque sus ce