Morgana
El aire vibra con una energía extraña mientras nos adentramos en las profundidades del santuario. Las paredes de piedra negra parecen susurrar, y cada paso resuena como una promesa funesta. Dorian camina a mi lado, su mirada ardiente de determinación, mientras Lucian mantiene una distancia prudente, sus pensamientos opacos como siempre.
No tenemos derecho a error.
Los símbolos grabados en el suelo se iluminan a nuestro paso, y una calidez familiar inunda mis venas. Siento el poder despertarse en mí, esa fuerza ancestral que me ha guiado a través de las edades. Pero esta vez, sé que es diferente. Esta vez, no habrá una segunda oportunidad.
— Morgana, susurra Dorian, su voz tensa. Nos acercamos al corazón del ritual.
Asiento con la cabeza, incapaz de responder. El peso del destino se abate sobre mis hombros, más pesado que nunca.
Lucian
El aire se vuelve más denso, como si el tiempo mismo dudara en avanzar. Observo a Morgana, su rostro tenso, iluminado por la luz de las runas. E