Sasha
La guerra no es solo una cuestión de estrategia, de combates y de sangre. A veces, se esconde en las miradas intercambiadas, en los gestos simples, en los silencios que dicen mucho más que las palabras. La comenzamos, pero ahora nos consume a todos, poco a poco. Y yo no estoy segura de poder detener esta espiral antes de que sea demasiado tarde.
A la mañana siguiente, me despierto sola, con el cuerpo pesado, marcado por los eventos de la noche anterior. La sombra de la guerra flota siempre a mi alrededor, en cada rincón del apartamento, en cada respiración. Es una presencia omnipresente, insidiosa, como una herida abierta que nunca cicatriza.
Me levanté de la cama en silencio, evitando hacer demasiado ruido. Dante se ha ido, sin una palabra, después de la reunión de la noche anterior. No me lo ha dicho, pero sé lo que piensa. Siempre ha querido más poder, más influencia, y aunque sé que es leal, hay una parte de él que sueña con tomar el control de esta guerra. Eso es lo que som