—La policía lo detuvo para tomarle declaración, probablemente vendrá en un momento. ¿Ya pensaste en cómo se lo vas a decir?
Estela parecía haber llegado a prisa, con el cabello desordenado y el flequillo pegado a la frente, como si no hubiera tenido tiempo de arreglarse.
—No es necesario, por favor, mantén esto en secreto —Bajé la mirada y sacudí la cabeza.
—¿Estás bromeando? Tú...
Estela iba a decir algo más, pero fue interrumpida por Francisco.
—Respetaremos la voluntad de la paciente, pero debes saber que él es tu esposo.
Entendí lo que decía; Daniel era mi esposo, y legalmente tenía derecho a conocer la situación.
—Le he dado poder a Valentina; ella se encargará de mis asuntos. No te preocupes, me voy a divorciar de él, pronto dejará de ser mi esposo.
—¿Y quién es tu esposo entonces? ¿Este médico con cara de póker? —Daniel irrumpió en la habitación, empujando a Francisco a un lado, con los ojos enrojecidos mientras me miraba.
—Él es solo un médico. ¿Por qué le hablas tanto? Ya romp