KIARA
Reagan sale del ascensor, vistiendo con un traje azul rey, camisa blanca con colleras de plata y su corbata rayada azul. Luce unos zapatos café claro bien lustrado, que prácticamente brillan.
Me quedo observándolo, porque esa estampa y postura sexy nunca desaparece. Camina con una seguridad que te hace temblar y una altivez superior a todos los que le rodean. Una mano en su bolsillo y se peina el cabello con la otra.
Es un ser de otro planeta, que incluso algunas chicas que están en la sala de espera se dan vuelta a mirarlo, babeando sobre él. A veces los celos me invaden un poquito generándome esa sensación en medio del pecho, pero cuando me mira como lo hace ahora, todo enojo e inseguridad desaparece, ya que siempre me muestra que tan solo tiene ojos para mí.
Me levanto a recibirlo y me cuelgo de su cuello en medio del pasillo. Su sonrisa me hace delirar y ansiarlo cada día más, que estampo mis labios en los suyos. Sus manos se enredan en mi cabello largo empuñando mis hebras