La ciudad vibraba con el ajetreo diario, pero en las oficinas de Luján Enterprises, un aire de incertidumbre y ansiedad lo impregnaba todo. Isabela se encontraba en su despacho, rodeada de papeles, informes y documentos, pero su mente no lograba centrarse. Había tenido una noche sin descanso, y las repercusiones de la rueda de prensa seguían retumbando en su cabeza. Las preguntas, las filtraciones y las acusaciones comenzaban a sentirse como una amenaza real, algo más que un simple juego de prensa. Aquella rueda de prensa había sido su último intento por retomar el control, pero ahora todo parecía fuera de su alcance.
Alzó la vista de los papeles que tenía frente a ella y se acercó a la ventana, mirando cómo las luces de la ciudad parpadeaban a lo lejos. Aquel silencio en su oficina era un contraste con el bullicio que había dominado las calles durante las últimas horas, después de que los medios se hicieran eco de sus palabras. ¿Había hecho lo correcto al mantener esa fachada de calm