CAPÍTULO 54
— Termina tu desayuno. — Masculla.
— Beck. Escúchame. Puedo hacerlo.
— Está bien. Vas a pelear con Ryan. Ahora mismo. — Sonríe de lado. — El primero en tocar el suelo pierde. Si pierdes, terminas tu maldito desayuno y ves el entrenamiento hasta que diga lo contrario.
Devuelvo su sonrisa. — Y si gano, que lo haré por cierto. Te olvidas del desayuno y entreno. Inmediatamente.
— Trato hecho, nena. — Dice extendiendo su mano. La tomo y estrechamos las manos, pero él me jala hacia su pecho y sus labios se estrellan contra los míos, su mano sube por mi camiseta hasta mi sujetador deportivo. Es entonces cuando me aparto.
— Buen intento. — Susurro. Él me lanza una mirada fulminante. — Está bien, Ryan, vamos.
— Conoces las reglas. — Dice Beck mirando seriamente a ambos.
Ryan se agacha, y yo imito su postura. Empieza a rodearme, esperando detrás de mí. Él se lanza hacia adelante y hace un intento de agarrar mi coleta, me jala y giro. Mi mano agarra el puño que tiene un fuerte agarre