CAPÍTULO 49**
— Buena suerte, la puerta está… — escucho el clic de la cerradura y Beck entra, — cerrada.
Suelto un suspiro y miro hacia abajo. Beck se agacha a mi lado y acaricia mi mejilla.
— ¿Qué pasó ? ¿Por qué estás llorando ? — Levanta mi cabeza, obligándome a mirarlo. No le respondo y él me seca las lágrimas. Me toma en brazos, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura, y camina hasta la habitación. Tira las cobijas hacia atrás y se acuesta, sentándose contra el respaldo de la cama. — ¿Qué pasa ? Hablemos, princesa.
— Es estúpido. No debería estar haciendo un gran problema de esto, — susurro, secándome los ojos con la manga de mi camiseta de manga larga. Es de Beck, de cuando jugaba al fútbol en la escuela secundaria, y es una de mis favoritas.
— ¿Qué es estúpido ? — murmura.
— Acabo de escuchar a unas estúpidas lobas diciendo que no merezco estar contigo, que tú mereces algo mejor, que sería una mala Luna. Que ellas lo harían mejor. Empecé a pensar que tenían razón. Aunqu