**CAPÍTULO 46**
— Alexia, necesito un compañero para que todo este baile funcione. — Sacudo la cabeza violentamente. — Está bien, me has obligado a hacerlo. — Doy un paso atrás, pero él está frente a mí en un abrir y cerrar de ojos. Envuelve su brazo alrededor de mi cintura y coloca una mano detrás de mi rodilla, levantándome con rapidez en sus brazos. Se escuchan vítores y gritos de la manada, y Beck se ríe mientras me baja al centro de la pista de baile.
— ¿De verdad me vas a dejar aquí sin un compañero ? — Sonríe mirándome.
— ¡Beck, no sé bailar para salvar mi vida !
— Eso es lo que hago yo.
— ¿Qué… ?
Beck me toma y coloca mis pies sobre los suyos mientras la música, una melodía suave y ligera, comienza. Empieza a bailar, girándonos con gracia por la pista mientras los miembros de la manada se agolpan a los bordes, cautivados por “nuestros” movimientos.
— Princesa, eres una bailarina maravillosa. ¿Quién lo diría ? — Dice, sonriendo de manera burlona. No puedo evitar echar la cabeza hacia atrás y reír. Él sonríe de vuelta y veo un destello como un rayo. Miro a mi alrededor, confundida, y luego veo al fotógrafo. Debe haber tomado nuestra foto. Beck sigue deslizándonos por la pista, levantándome solo para girarme, lo cual, por suerte, soy capaz de hacer.
La canción termina y Beck se inclina ante mí, y yo hago una ligera reverencia.
Se escuchan aplausos en toda la sala.
— ¡Que comience la fiesta ! — Grita Beck, y un DJ empieza a tocar. Beck comienza a presentarme a los miembros de la manada, y yo sonrío y les doy la bienvenida. De vez en cuando nos detenemos y hablamos durante unos minutos. Después de una hora, me duele la cabeza tratando de recordar todos los nombres.
— ¿Necesitas un descanso ? — Me pregunta, sonriendo de forma juguetona.
— Por favor.
Me lleva hasta nuestra mesa, donde hay agua esperándome. Beber un vaso entero me da un alivio, y Beck sigue sonriendo mientras observa a su manada. Me acerco a él y me acurruco a su lado, rodeando su cintura con mis brazos.
— Estás haciendo un trabajo maravilloso, cariño. Ellos te adoran. — Murmura.
Me sonrojo, pero sonrío. Me alegra que me estén aceptando, demostrando que mis temores anteriores eran estúpidos.
— ¿Podemos bailar ? — Pregunto.
Me mira, confundido.
— Pensé que no sabías bailar.
— No sé bailar lento, ¡pero me encanta bailar !
— Bueno, entonces, ¿me harías el honor de acompañarme a la pista de baile ? — Se inclina, sonriendo.
— Claro, señor, — respondo con un falso acento británico. Caminamos de la mano hacia la multitud de personas. Noto que los adultos mayores permanecen cerca de las mesas, mientras que las generaciones más jóvenes están bailando. Avanzamos por la multitud hasta llegar a Emma, Bella, Lauren, Will, Hunter y Justin. Las chicas chillan y corren hacia mí, envolviéndome en abrazos.
— ¡Lexi, ven, bailemos ! — Grita Emma por encima del fuerte bajo.
— ¡Sí, señora ! — Respondo riendo. Comenzamos a bailar y movernos al ritmo de la música, balanceando nuestras caderas al compás. Veo que Beck y los chicos se mueven hacia un lado, pero siguen vigilándonos. Nos reímos y seguimos bailando, el DJ pone música increíble. Lo pasamos genial, y pronto siento manos rodeando mis caderas. Pienso que es Beck, así que coloco mis manos sobre las suyas. Algo no está bien, ¿dónde está el anillo con el emblema de su familia que siempre lleva en el dedo medio ? Espera un minuto… no es Beck…
Me doy vuelta para ver a un chico altamente intoxicado envolviendo sus brazos alrededor de mí.
— Oye, cariño, ¿qué tal si salimos de aquí, eh ? — Dice con voz entrecortada.
— ¿Qué demonios crees que estás haciendo ?
— ¿Qué ? ¡Solo me estoy divirtiendo un poco ! — Responde, apretando su agarre sobre mí. Las chicas siguen perdidas en la música y no se han dado cuenta.
— ¿En serio ? ¡Suéltame de… !
— ¿Qué está pasando aquí ? — Escucho una voz profunda.
— Nada, hombre, ¿por qué no nos dejas en paz ?
— ¿Dejarte en paz ? No lo creo. No con mi mate en brazos. Y te sugiero que pienses bien a quién le estás hablando. — El chico se da vuelta y sus ojos se abren como platos, llenos de miedo. Beck está ahí, temblando de ira, con los ojos pasando de marrones a negros.
— Oh, eh… no quería…
CAPÍTULO 47**— Manos. Fuera. Ahora. — dice Beck entre dientes. Las manos del chico desaparecen al instante, y él también.— Beck, — susurro, apresurándome a sus brazos.— ¿Estás bien, princesa ? — me pregunta.— Sí, sí, estoy bien.— Qué bueno, lo siento, mi amor, — susurra, besándome los labios.— No te preocupes, estaba borracho. Vamos, a bailar. — le digo, tomando su mano y arrastrándolo de nuevo hacia el grupo. Finalmente comenzamos a bailar juntos, mi espalda contra su pecho y sus manos en mis caderas. Nos movemos juntos al ritmo, con los ojos cerrados y mi cabeza reclinada sobre su pecho. El DJ cambia la canción y un ritmo latino suena en los altavoces. Miro a Emma y ella me mira.— ¿¡Salsa !? — gritamos al mismo tiempo. Tomo una de sus manos en la mía y apoyo una mano en su cadera, mientras ella coloca la otra en mi hombro. Nuestras caderas se mueven al ritmo y nos perdemos en la música, moviéndonos juntas como una sola. Nos damos vueltas y nos deslizamos por la pista. Cuando
CAPÍTULO 48— ¿Va a ser la Luna?— Dios, ¿qué ve Beck en ella?— Se rumorea que fue una rogona despiadada antes de que Beck la encontrara.— Yo haría mucho mejor que ella.— Diablo, ÉL podría hacer algo mejor.— Probablemente fue una chica fácil de la manada.— Pobre Beck.Escucho murmullos mientras me detengo para mirar a mi alrededor y encontrar a mis amigos. Me paro y miro hacia arriba para ver a un grupo de chicas guapas mirándome y susurrando. Sabían que podía oírlas, pero no les importaba. Las lágrimas llenan mis ojos, pero las seco rápidamente, cuando escucho que llaman mi nombre.— Mira a la Luna —dice Hunter. Se acerca y me abraza, pero se detiene rápidamente cuando escuchamos un gruñido.— ¡Lo hiciste increíble, Lexi! ¡Sabía que podías hacerlo!— Claro, solo mírala —dice Beck desde atrás, rodeándome con sus brazos y besando mi cuello.— ¿Lista para dormir?Asiento y, en el mismo momento, bostezo. Él se ríe, pero me recoge en sus brazos, estilo novia.— Vamos, cariño, vamos a
CAPÍTULO 49**— Buena suerte, la puerta está… — escucho el clic de la cerradura y Beck entra, — cerrada.Suelto un suspiro y miro hacia abajo. Beck se agacha a mi lado y acaricia mi mejilla.— ¿Qué pasó ? ¿Por qué estás llorando ? — Levanta mi cabeza, obligándome a mirarlo. No le respondo y él me seca las lágrimas. Me toma en brazos, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura, y camina hasta la habitación. Tira las cobijas hacia atrás y se acuesta, sentándose contra el respaldo de la cama. — ¿Qué pasa ? Hablemos, princesa.— Es estúpido. No debería estar haciendo un gran problema de esto, — susurro, secándome los ojos con la manga de mi camiseta de manga larga. Es de Beck, de cuando jugaba al fútbol en la escuela secundaria, y es una de mis favoritas.— ¿Qué es estúpido ? — murmura.— Acabo de escuchar a unas estúpidas lobas diciendo que no merezco estar contigo, que tú mereces algo mejor, que sería una mala Luna. Que ellas lo harían mejor. Empecé a pensar que tenían razón. Aunqu
CAPÍTULO 50— ¿Cuál es tu color favorito ? — me pregunta Beck. Estamos acostados en la cama, mi cabeza sobre su pecho desnudo, sus brazos rodeándome. Ha pasado alrededor de una semana desde que me presentaron a la manada. Estamos jugando a preguntas, conociéndonos mejor. Hasta ahora he aprendido que su deporte favorito es el fútbol, que su familia tiene una isla privada en el Pacífico y que estudió en Yale. Pienso por un momento.— Verde bosque — respondo.Él se ríe.— ¿Qué ?— Perdón, es solo que no es lo que esperaba — dice entre risas.— ¿Y qué esperabas entonces ? — pregunto, frunciendo el ceño.— Bueno, rosa o morado… — dice encogiéndose de hombros.— ¿Por qué, porque soy una chica ?— No, dijiste que eras la princesa de papá, las princesas gustan del rosa y el morado.— Ahhh, no soy esa niña de papá. El verde oscuro es seguro, relajante, me hace sentir en casa. ¿Y tú ?— Negro — dice simplemente.— ¿Como tu alma ? — lo provoqué. Su boca se abrió.— Eso no fue nada bonito, prince
CAPÍTULO 01— ¡Corre ! Cariño, necesito que seas una buena chica y me escuches, ¿de acuerdo ? —me mira con ojos suplicantes—. ¡Tienes que irte ! ¡Ahora ! ¡Corre ! ¡Necesito que corras, Alexia !— ¡Papi, no, no puedo simplemente dejarte aquí ! —sollozo.— Lo siento, cariño, pero tienes que irte. Es la única forma —susurra—. Necesitas ponerte a salvo. Te quieren a ti, y juré que haría todo lo posible por mantenerte a salvo.— ¡Puedo quedarme ! ¡Puedo luchar ! ¡Puedo ayudar ! ¡Por favor ! ¡Papi, no voy a dejarte ! —lloro desesperada.— ¡Alexia, no hay tiempo ! ¡Necesito que me escuches ! Es demasiado tarde para nosotros aquí, pero tú aún puedes escapar. Podemos contenerlos por ahora, pero no por mucho más. Corre lo más lejos que puedas, no te detengas hasta salir al menos del estado. Por favor, princesa, hazlo por mí —dice, con lágrimas contenidas en los ojos.— Papi, no, por favor, no lo hagas…— Te amo muchísimo, Alexia. Nunca lo olvides. Tu madre y yo te amamos con todo nuestro corazó
**CAPÍTULO 02**Me despierta el fuerte golpe de la puerta de la prisión al abrirse y unos pasos pesados que se acercan hacia mí. Gimo y me doy la vuelta, tirando de la manta raída para cubrirme la cabeza. Suspiro y abro un ojo, que se queja por la luz brillante que entra por la pequeña ventana.— Despierta, preciosa, hoy es un gran día —escucho una voz engreída, el tintinear de unas llaves, y me doy la vuelta. Suelto un quejido y me froto los ojos. Miro hacia arriba y veo a un guardia de pie, vestido completamente de negro, el uniforme típico según lo que he visto. Tiene el pelo castaño cortado muy corto y sus ojos negros y fríos brillan con malicia. Cruza los brazos sobre su enorme pecho y me fulmina con la mirada.— Levántate. Ahora —ordena.Pongo los ojos en blanco y me levanto.— Cuida esa actitud, princesa —dice mientras sus ojos recorren con hambre mi piel desnuda. Me siento incómoda y trato de cubrirme con los brazos. Miro hacia abajo y lo escucho acercarse, deteniéndose justo
03— Qué. Demonios. Le. Ha. Pasado. — gruñe.Todavía no me atrevo a mirarlo. Tiemblo ligeramente y siento la tensión tan espesa en el aire que casi se puede cortar.— ¿Q-qué quieres decir, Alpha ? — tartamudea uno de los guardias, mirando nerviosamente a su alrededor.— ¿Qué quiero decir ? — pregunta con voz peligrosamente baja —. ¡QUIERO DECIR, POR QUÉ DEMONIOS MI COMPAÑERA ESTÁ ENCADENADA A UNA PARED, TEMBLANDO, SEMIDESNUDA Y LLENA DE CORTES Y HEMATOMAS !Vuelve a rugir, y yo gimo otra vez. Escucho a los demás hombres moverse incómodos y tragar saliva con ansiedad. Decido que este es un buen momento para echar un vistazo al Alpha. Alzo la vista lentamente y, frente a mí, está el hombre más hermoso que he visto en mi vida. Mide 1,90 y tiene músculos bien definidos, sus bíceps sobresalen de las mangas ajustadas de su camiseta. Es todo lo que un Alpha debería ser. Aunque está de espaldas, puedo ver un poco de su cabello rubio oscuro y me muero por ver su rostro.— Y-yo… lo siento, Alph
**CAPÍTULO 04**— Gracias, Will — dice Beck, tomándolo de sus manos.Will se va de nuevo y yo tiemblo ligeramente. Beck no pierde el tiempo y se quita la camiseta. Mis ojos se agrandan y empiezo a retroceder.Oh no. Otra vez no. Por favor, otra vez no.— Shhhh. Alexia, cariño, está bien. Solo quería dártela para que te mantuvieras caliente, ¿sí ? ¿Está bien ? — Me lo quedo mirando con desconfianza, pero asiento lentamente, sin estar segura de mí misma.Él sonríe suavemente y me ayuda a ponerme la camiseta por la cabeza. Me llega justo por encima de las rodillas y todavía conserva su calor. Abre la botella de agua y la acerca a mi boca.La agarro con ansia e intento beberla de un trago, pero él me detiene.— Eh, con calma, despacio. Si no, te vas a enfermar.Disminuyo considerablemente el ritmo y él vuelve a sonreír.— Así está mejor, buena chica.Termino el agua y me quedo sentada jugando con mis manos.— Beck…Él sonríe, claramente complacido de que le hable.— ¿Sí ?— Dijiste que so