CAPÍTULO 31**

« Tu latido ha cambiado. » responde, con los ojos aún cerrados. « Vuelve a dormir. Es temprano. »

« ¿Alguna vez has oído hablar de aprovechar el día ? »

« Podemos aprovechar el día en una hora. Vamos, princesa, sabes que quieres. » suspira.

« Está bien, » me acurruco más cerca de él y él entierra su rostro en mi cabello. Me dejo llevar por el sueño, despertando de vez en cuando durante los siguientes treinta minutos, antes de despertar completamente. Beck ha vuelto a dormir casi instantáneamente. Realmente pensaba dejarlo dormir media hora más, de verdad lo pensaba. Pero pronto me siento inquieta. Comienzo a dibujar espirales y patrones en su pecho desnudo con las yemas de los dedos. Él se mueve, pero no dice nada ni abre los ojos. Me inclino hacia adelante y presiono mis labios contra su pecho, subiendo por su cuello, a lo largo de su mandíbula y termino con un beso en sus labios.

Sus ojos se abren de golpe, sorprendidos. Pero rápidamente se mueve, de modo que ya no estamos uno frente al otro, sino que él está sobre mí, apoyando todo su peso en sus antebrazos. Sigue besándome, moviéndose hacia mi cuello, dándome tiempo para recuperar el aliento, y vuelve a plantar un beso en mi mejilla. Me río y él sonríe hacia mí.

« Vaya, ¿no es una bonita forma de despertar ? » susurra.

« ¿Lo es, no ? » respondo entre risas. Él se inclina para darme un peck en los labios. Luego se déjà caer sobre su estómago a mi lado. Coloco una mano sobre su espalda y trazo los músculos bien definidos.

« ¿Cómo dormiste ? » pregunta.

« ¡Mejor que toda la semana ! » respondo.

« Igualmente, cariño, » sonríe y entrelaza nuestros dedos.

« Te extrañé tanto, Beck. » suspiro. Él pone un brazo sobre mi estómago y me mira.

« Yo te extrañé más, Lexi, » responde. Quedamos en un cómodo silencio, disfrutando de la compañía del otro.

« ¿Qué te gustaría hacer hoy ? » murmuro, mirándolo.

Él se frota los ojos con una mano y respira profundamente.

« Bueno, tenemos algunas cosas de las que hablar. Pero primero, voy a tomar una ducha. ¿Te gustaría unirte ? » dice, levantándose con una sonrisa traviesa.

« Hmmmm, por tentador que suene, tendré que rechazar. Pero la próxima vez, » respondo entre risas.

« Aww, no eres divertida. Pero te lo recordaré la próxima vez, » me guiña un ojo y se dirige al baño. Me doy vuelta para mirar hacia el bosque, a través de la pared de ventanas. Al cabo de unos 10 minutos, escucho la puerta del baño abrirse y Beck sale caminando con una toalla atada alrededor de su cintura. El agua gotea de su pecho y de su cabello. Escucho una risa y sé que me ha pillado mirándolo.

« Esa es la segunda vez que te han pillado mirándome, dulce Alexia. ¿No te dijeron que es grosero ? » pregunta, acercándose.

« Hmmm, vaguemente recuerdo haberlo escuchado. Debes ser tú quien me haga olvidar mis modales, » me río, poniéndome de pie y estirándome.

« Bueno, puede que tengamos que castigarte si sigues así, » dice con voz ronca, avanzando hacia mí.

« Sólo si puedes atraparme, » me lanzo hacia adelante, pero lo esquivo y corro hacia el baño, cerrando la puerta con llave detrás de mí.

« Hmm, puede que te hayas escapado por ahora, pero tendrás que salir en algún momento, ¡eh ! » canta, y escucho el crujido de la cama.

Prendo la ducha y dejo que el agua se caliente. Mientras tanto, cepillo mi cabello y me lavo los dientes. Cuando el agua está humeando, entro y me enjabono el cuerpo. Me lavo el cabello y me afeito. Enjuago mi cuerpo por última vez, apago el agua y me envuelvo en una toalla blanca y esponjosa.

Me seco y me acerco en puntas de pie hacia la puerta. La abro con cuidado, asomando la cabeza para ver a Beck sonriéndome desde la cama, con las manos detrás de su cabeza.

« Beck ? »

« ¿Sí, cariño ? »

« ¿Podrías traerme algo de ropa ? »

« Hmmmm, no lo creo… »

« ¡Beck ! Por favor… » me quejo.