23

CAPÍTULO 23

Punto de vista de Alexia :

Camino por un sendero boscoso detrás de Beck, quien me lleva de la mano. Los chicos avanzan detrás de nosotros, empujándose, molestándose y jugando entre ellos. Beck escucha a alguien quejarse de dolor, sacude la cabeza y se ríe por lo bajo. Llevamos caminando unos diez minutos cuando, de repente, el sendero se abre a un claro.

En el claro se alza un gran granero, viejo y desgastado, pero todavía en pie. Hay tres pistas al aire libre, algunas con obstáculos, otras vacías. También hay un par de prados, y en algunos pastan algunos caballos. Abro la boca sorprendida mientras observo todo a mi alrededor. Beck me mira divertido, pero su expresión cambia rápidamente a una de sorpresa cuando empiezo a tironear de su mano hacia el granero.

—¡Ey, tranquila, fiera ! —dice intentando detenerme.

—¡Beck, vamos, vamos ! —me quejo, tirando de su mano otra vez.

—Alguien está emocionada —dice Justin al pasar junto a Beck y entrar al granero. Hago un puchero y miro a Beck.

—No me pongas esa cara —responde—. Alexia, no… no vayas… maldita sea. Vamos, puedes ver a los caballos, pero primero quiero presentarte a alguien.

Me lleva al interior del granero, alejándonos de las hileras de establos, hasta una oficina al lado de una gran pista cubierta. Allí, un chico monta un enorme pura sangre.

—Morgan, ella es mi compañera, Alexia. Alexia, él es Morgan, el encargado del establo —dice Beck, apartando mi mirada de la pista.

—¡Hola Alexia, soy Morgan ! ¡Un gusto conocerte ! —dice una chica de unos diecinueve años, con el cabello rojo oscuro, tendiéndome la mano.

—Mucho gusto. Puedes llamarme Lexi —respondo, estrechando su mano.

—¿Te gustan los caballos, eh ? —pregunta.

—Eso es decir poco. Los amo. He estado con ellos toda mi vida.

—¿Cuándo montaste por primera vez ? —pregunta.

—La primera vez que monté fue cuando tenía seis meses, con mi papá. Empecé a montar sola cuando tenía dos años.

Sus ojos se agrandan. Beck me mira fijamente.

—Vaya, entonces sabes cómo manejarte en un establo, ¿no ? —Asiento con la cabeza—. ¿Quieres escoger a quién vas a montar ? Atlas ya está calentado, Alfa.

Asiento con entusiasmo.

—Hoy no va a montar, Morgan, pero gracias. ¿Podrías ayudar a Ryan a encontrar y ensillar un caballo ? —dice Beck.

Mi expresión se cae.

—Por supuesto, Alfa —murmura antes de irse.

—¿Por qué no puedo montar, Beck ? ¡Sé hacerlo ! —protesto.

—Princesa, no dudo que sepas montar, pero necesitas descansar. Podrías abrirte los puntos o caerte, y no quiero correr ese riesgo —responde, rodeándome con sus brazos. Apoyo la cabeza en su pecho y suspiro con resignación.

—No estés triste, amor, vas a tener mucho tiempo para montar. Ahora vamos —dice, guiándome fuera de la oficina.

Me lleva por la fila de establos y, a la mitad, se detiene y señala uno de ellos.

Dentro está un hermoso caballo tordo rodado.

—Este es Atlas, mi caballo —susurra Beck en mi oído.

—Es impresionante —susurro mientras le acaricio. El caballo relincha suavemente y apoya su cabeza en mi pecho. Me río y le rasco el cuello. Beck toma una cuerda de guía y la engancha a su cabezada. Destraba la puerta del establo y lo saca.

—Toma, sujétalo mientras lo ensillo.

Asiento. Un momento—

—¿No se suponía que hoy no iba a montar ? —pregunto. Beck aparece un minuto después…

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP