Narrado por Aiden
El aire del bosque seguía impregnado de la presencia de Morgana, aunque ella ya no estaba. Algo en la forma en que se había desvanecido, en las palabras que había pronunciado, me carcomía la mente como un veneno lento. Sabía que Anya estaba ocultando algo. Lo vi en sus ojos, en la manera en que su cuerpo se tensó, en su necesidad repentina de estar sola. Pero lo que más me perturbaba era la posibilidad de que Morgana tuviera razón. ¿Y si Anya realmente recordaba?
El aullido de uno de mis lobos resonó en la distancia. Un llamado, una advertencia. Mi instinto me llevó a moverme antes de que mi mente pudiera siquiera analizarlo. Me lancé hacia la espesura del bosque, mis sentidos alertas. No podía ignorar la sensación de que algo estaba mal. No cuando se trataba de Anya.
Salté sobre raíces gruesas y esquivé ramas bajas mientras mi lobo rugía en mi interior, exigiendo ser liberado. Pero no lo hice. No aún. Necesitaba encontrarla primero. Mis oídos captaron el crujido de