Seung – Yi el rico heredero del clan Lee debe cumplir con su destino y desposar a la heredera de la familia Rhee, el sentido del deber lo obliga a cumplir con su deber por el bien de la familia, sin embargo, en el fondo de su corazón desea conocer a una mujer que lo ame por el hombre que es y no que se tenga que casar con él por obligación. En un viaje de negocios conoce a Eun-Ji y queda prendado de su dulce personalidad y belleza y se arriesga a tener una relación casual sin pensar en las consecuencias. Para Seung-Yi la vida de casados se convierte en una tortura, la mujer que vive a su lado no le inspira el más mínimo sentimiento y comienza a ignorarla por completo. Su esposa lo único que le ha pedido es que le permita tener una sirvienta que la atienda solo a ella, él accede a su petición sin imaginar que la nueva sirvienta, no solo llegará a instalarse en su mansión, sino que también se meterá en lo más profundo de su corazón. ¿Qué hará cuando descubra que la nueva sirvienta es la mujer que conoció en su viaje y que además está esperando un hijo suyo?
Leer másEstoy aquí, en el en el salón para bodas más elegante de la ciudad de Jeonju, conocida como la cuna del hanbok (traje tradicional coreano), estoy tratando de pasar desapercibida; mirando cómo, la mujer que ocupa mi lugar, se casa con el hombre que estaba destinado para mí.
La ceremonia está por empezar. Nunca imaginé que me iba a convertir en espectadora de mi propia boda; sí, Seung – Yi el rico heredero del clan Lee, se está casando con quien cree que es la heredera de la familia Rhee, la segunda familia más importante del clan Lee, esa, soy yo, Hana-Rhee.
Desde que nací, mi destino ya estaba escrito. Desde cuatro años antes de que yo naciera, cuando la familia Yi, anunció que el primogénito de su familia era un varón, mis padres oraron para concebir una esposa para él. Nuestras familias, son las más importantes del clan, y tenían la obligación de continuar con el linaje, pero ellos no contaban con que yo, tendría otros planes.
Todo empezó hace tres meses, en mi cumpleaños número diecinueve, no había visto a mi padre en cuatro años. Desde que murió mi madre, él comenzó a dedicarse solo a sus negocios. Sus viajes a China y a Japón, eran cada vez más constantes y por periodos de tiempo más largos y cuando estaba en casa, se la pasaba encerrado en su despacho y yo, en el bachillerato.
Es bien sabido que la vida de estudiante en un país como el mío puede resultar agobiante, por fortuna mi familia rica y poderosa puede pagar para mí, el colegio privado de mayor prestigio. El día del examen para ingresar a la universidad llegó, el Suneung, el examen de acceso a la universidad, que es conocido a nivel mundial por ser el más complicado y exigente del mundo. Yo no debía preocuparme, mi estatus social y económico me aseguraba un lugar en la universidad de mi elección, pero no era así para todos los estudiantes.
Eun – Ji, la hija de mi sirvienta que había fallecido hacía ya un año, iba a presentar el Suneung, ella era muy inteligente y se rehusaba a seguir siendo una sirvienta por herencia familiar. A pesar de ser sumamente inteligente, Eun— Ji, era una chica bastante tímida y retraída. No era capaz ni siquiera de mirarme a los ojos, a pesar de que teníamos la misma edad y habíamos crecido juntas. De niñas intenté que fuéramos amigas, pero nunca pudo dejar de llamarme Señorita Hana—Rhee.
Sentada sobre el puente que cruzaba el río en la zona más alejada de la propiedad, la vi de rodillas en el piso llorando su desgracia. No conseguir el tan anhelado lugar en una universidad Sky truncaba sus sueños de dejar de ser una empleada doméstica.
La miré de lejos y sentí pena por ella, pero acaso ¿alguien sentía pena por mí? Mientras ella lloraba por no haber podido ingresar en la universidad, yo lloraba porque debía casarme con un hombre al que no había visto nunca en mi vida.
—Si tu marido lo permite, podrás seguir estudiando Hana—dijo mi padre tajante, a partir del día de mi boda mi vida iba a depender de la buena voluntad de mi esposo en su totalidad. Era increíble que en pleno siglo XXI, una mujer en mis condiciones, no tuviera la libertad de tomar sus propias decisiones. Me preguntaba si siendo pobre, si no perteneciera a una familia tan importante, tendría la posibilidad de tener una vida plena y feliz.
Esa noche lloré encerrada en mis aposentos, no tenía ganas de ver a nadie, no podía resignarme a ser solo la esposa de un hombre importante, quería una vida propia, merecía una vida en libertad.
—Aquí está su cena señorita Hana-Rhee — dijo dejando la charola sobre la mesa de noche y mirando al piso.
—Eun-Ji ¿Por qué la clase social nos impide ser amigas? —Le pregunté, pero ni ella ni yo teníamos la respuesta, las reglas de la sociedad eran tan absurdas que yo nunca las iba a terminar de entender.
Nuestras miradas se cruzaron por un segundo, luego ella miró al piso como si mis ojos la lastimaran. Pude ver la inflamación bajo sus párpados por haber llorado tanto y estoy segura de que ella vio lo mismo en los míos.
Faltaban solo dos semanas para mi boda cuando mi padre cayó enfermo víctima de un evento cerebral vascular que le paralizó medio cuerpo y fue trasladado a una clínica de rehabilitación. En un lenguaje deficiente me ordenó que honrara su palabra y que me casara con Seung – Yi.
En mis planes no estaba el casarme, sabía que le iba a causar un gran disgusto a mi padre y que iba a deshonrar a mi familia, pero yo había tomado la decisión de escapar. Tenía un dinero ahorrado y había conseguido un boleto de avión para ir a América, pero con la enfermedad de mi padre todo se complicó.
Mi padre siempre fue para mí sinónimo de fortaleza, verlo así, tan vulnerable y sin esperanzas de recuperarse, evitó que yo cumpliera mis planes de huir, con lágrimas en los ojos hice pedazos el boleto de avión, tenía que encontrar otra forma para honrar la palabra de mi padre, pero sin tener que casarme con ese hombre.
A tres días de mi boda, todavía no encontraba una solución, hasta que una mañana, al ver entrar a Eun-Ji con el desayuno, un rayo de luz me iluminó.
—¿En verdad quieres dejar de ser una sirvienta? —Le pregunté y pude ver que sus mejillas se sonrojaban.
—Servir a su familia es un trabajo muy honorable señorita Hana-Rhee.
—¿Y no te gustaría más, que fueras tú, a quien le sirvieran? ¿Y si yo te dijera que puedo hacer que te conviertas en una gran señora? Podrías ir a la universidad y aprender todo lo que quieras, sé que te gustan las artes, la música y la danza.
—Eso es imposible señorita Hana-Rhee, yo no puedo pagar una universidad privada, tendré que esperar a presentar el Suneung en la próxima oportunidad.
—Escúchame bien Eun-Ji, si haces lo que yo te diga, te convertirás en la esposa de un hombre rico y poderoso y estoy segura de que él no te negará el permiso para estudiar en la universidad privada de las artes.
—Creo que la enfermedad de su padre le ha afectado también su cabeza señorita —sonrió sin atreverse a mirarme a los ojos.
—Estoy hablando muy seriamente, escucha mi plan con atención y te aseguro que las dos, obtendremos una recompensa.
No fue difícil convencer a mi sirvienta de que tomara mi lugar, una joven talentosa y con ganas de conocer el mundo más allá de las labores domésticas propias de la servidumbre.
Fueron dos días los que estuvimos encerradas en mi habitación planeándolo todo, lo más difícil fue hacer que dejara la actitud de sumisión, aunque le iba a resultar de mucha ayuda cuando estuviera frente a Seung – Yi
—Pase lo que pase, no te puedes enamorar de él —le dije— si en algún momento nos descubre, te daré dinero para que vayas a América y puedas seguir con tus estudios ¿entendiste?
Un día antes de la boda un lujoso automóvil con chofer llegó a recoger a la señorita Hana-Rhee para llevarla a la casa de su nueva familia. Vestida con mis ropas y llevando una maleta con mis pertenencias, mi sirvienta subió al auto, convertida en la mujer que ocuparía mi lugar.
Desde la ventana la vi partir, ahora yo era libre, podía hacer con mi vida lo que quisiera, aunque tenía que estar pendiente de ella, un error de su parte podría convertirse en una deshonra para mi familia.
Subí al avión con una sola idea en mi mente, terminar con esa farsa de mi matrimonio con Eun-Ji. Tenía un plan para terminar de una vez por todas con ese infierno, aun cuando eso me costara el tener que deshonrar a mi familia, olvidarme para siempre de mi país y comenzar una nueva vida en América.Apenas bajé del avión me encontré con una noticia que no esperaba, uno de mis asistentes me entregó un sobre que al parecer era urgente y no podían esperar para darme la noticia.“El Sr. Zhang uno de los principales socios de la compañía, estaba de vacaciones en Corea y su esposa quería saludar a la señora Yi por lo que me pedía encarecidamente que nos reuniéramos para comer el siguiente fin de semana antes de que volvieran a Shanghái.En ese momento recordé el día que viajé a cerrar ese contrato y la fusión de nuestras compañías, fue el tiempo en el que conocí a Hana-Rhee y a Soo-Min se le ocurrió la grandiosa idea de presentarla a mi socio como mi prometidaNo podía de ninguna manera perm
Era delicioso despertar entre sus brazos, no quería que amaneciera, pero Kwan-Yi corría cada a mañana a pedir su desayuno y nosotros teníamos que levantarnos para complacer a nuestro pequeño demonio que cada día era más travieso.Yo sabía que en cualquier momento esa felicidad se iba a empañar, confiaba en que él nunca más iba a dejarnos, pero la realidad era que, aunque nos amábamos, él tenía una esposa y yo solo era su amante.Esa mañana me dijo lo que tanto me temía escuchar.—Hana, mi amor he estado prolongando este día, pero ya no puedo hacerlo más, debo volver a Corea. Mis abogados me aconsejan que le pida el divorcio a Eun-ji, ella no podrá negarse si le ofrezco una cuantiosa cantidad de dinero.—Tengo miedo Seung-Yi, tengo miedo de que algo salga mal y tengas que quedarte casado con ella para siempre.—Mi matrimonio con ella es solo un papel, tú sabes que el único amor de mi vida eres tú. No había querido hablar del tema, pero quiero pedirte un favor.—Dime, tú sabes que yo po
El beso comenzó a subir de intensidad cuando ya no me pude resistir a acariciar el cuerpo semidesnudo que tenía en mis brazos, comenzando por su hombro y deslizándome suavemente a lo largo de su brazo para luego llegar a su cintura.Pude sentir su estómago contrayéndose al contacto de mi mano que siguió bajando hasta posarse en el firme y delgado muslo.Con manos temblorosas pero llenas de deseo, ella comenzó a acariciar mi torso desnudo, hasta que llegó mi vientre y bajó hasta que topó con mi dura erección que luchaba por salir del bóxer.Me entregué por completo a mi mujer, eso era, era solo mía y había tenido que luchar contra todos mis demonios para olvidar el pasado y dedicarme solo a amarla.Las manos de ambos comenzaron a volar mientras nuestras bocas no querían separarse, el intercambio de caricias era cada vez más atrevido, hasta que ya no pude contenerme y metí la mano por debajo de las bragas haciéndola emitir un pequeño quejido de placer.Mi mano fría, pero que irradiaba c
Mi estómago se contrajo y mi pecho dolió al pensar que quizá había perdido la memoria tal y como lo había dicho el médico que podía suceder.Toqué el timbre y la enfermera llegó junto con otro doctor que no había visto antes.—¿Qué sucede? El doctor dijo que la operación había sido un éxito, ¿por qué no recuerda quién soy yo? — pregunté mientras la enfermera colocaba un medicamento en el suero que estaba conectado a su vena.—No se preocupe señor Seung-Yi, es normal que se encuentre confundida, su cerebro está inflamado por la cirugía. A medida que se desinflame ella irá recordando todos los detalles de su vida. El tumor no tenía raíces profundas, era grande pero muy superficial, no tendrá secuelas relevantes.Las palabras del médico me tranquilizaron, aunque yo prefería escucharlo del doctor que la operó, aunque supuse que se había ido a casa a descansar después de una cirugía de tanto tiempo.Las horas pasaron y yo no me despegué de ella ni por un momento, Soo-min llegó después de d
Soo-Min llevó a mi hijo a casa y lo dejó al cuidado de la niñera, volvió para estar conmigo en el hospital.Los dos, sentados en la sala de espera contábamos los minutos y luego se convirtieron en horas esperando noticias de la cirugía.—¿Has pensado en lo que harás para cumplir la promesa que acabas de hacer? —me preguntó para romper el silencio sepulcral que había ante lo estresante de la situación.—He pensado que tal vez podría demandar a Eun-ji por usurpación de identidad, después de todo, en Corea Hana está muerta, no podrán hacer nada contra ella.—Existe un problema para ello, para denunciarla deberías comprobar que ella no es la verdadera Hana-Rhee, deberías buscar pruebas para desenmascararla antes de hacerlo.—La casa del padre de Hana, se vendió y se despidió a todos los empleados, quizá si encuentro a alguno que la haya conocido, tal vez pueda testificar que ella no es Hana-Rhee.—Deberías asesorarte con tus abogados, recuerda que quien murió fue Eun-Ji y no Hana –Rhee y,
Entré en la habitación porque yo le pedí al médico que me permitiera hablar con ella para explicarle la situación. Sabía que iba a ser un duro golpe para ella.Soo-Min estuvo conmigo en todo momento, pero se tuvo que ir para hablar con mi hijo y explicarle que su mamá iba a tener que pasar unos días más en el hospital. Por fortuna el pequeño Kwan-Ji era muy inteligente y comprendía muy bien lo que estaba pasando.Esperé a que abriera los ojos para hablar con ella, me dolía mucho tener que decírselo, pero era importante que fuera de inmediato.—Hola preciosa, ¿has logrado descansar un poco? — le pregunté tratando de sonreír para que infundirle tranquilidad.—Me duele la cabeza — dijo y se llevó la mano a la cien — además te escucho muy despacio, como si estuvieras muy lejos.—Hana, los médicos detectaron un tumor en tu cerebro, deben operarte de inmediato, hoy mismo de ser posible.Cerró los ojos como tratando de asimilar lo que le había dicho y entendí que lo que me dijo el médico sob
Último capítulo