Cuando logro llegar hasta las últimas casas del pueblo, todas las personas de la manada están terminando de apagar el fuego y puedo observar la destrucción que el fuego ha creado por doquier.
— ¿Dónde está Arcas? — Observo por todas partes y mi corazón se acelera — ¿Ónix? — No logro ver nada, el humo ensombrece todo.
“Nala, tranquila. Estoy con Arcas”
Escucho la voz de Ónix resonando en mi cabeza y empiezo a buscarlos entre los escombros.
— Nala, tenemos que irnos — Siento el momento en el que Ónix entrelaza mis dedos con los suyos y se dirige hacia un auto.
— Ónix, hay muchos heridos, debemos llamar a las ambulancias, ayudarlos. No podemos irnos de esta manera — Hablo con urgencia, mientras Ónix abre la puerta de una camioneta cuatro por cuatro.
— ¡Sube! — Su tono imperativo me molesta de inmediato.
— Espérate ¿Dónde está Arcas? Me dijis