¿Qué podía hacer Teodora ante la decisión de la esposa de su padre? Nada.
Con lágrimas en los ojos, siguió a su madrastra hasta el mercado. Se quedaron allí todo el día. Por la tarde, cuando regresaron del mercado, Teodora vio a dos niños jugando en el patio de la casa. Sin saber quiénes eran, escuchó a los niños decir todos juntos: "Bienvenida de nuevo, mamá". »
Fue en ese momento cuando supo que la señora tenía hijos.
-Sí, ¡gracias, queridos queridos! ¿Cómo estuvo tu día en la escuela?
“Muy bien, mamá”, respondieron de nuevo.
-Está bien, eso es bueno.
– Mamá, ¿quién es esa persona? -preguntó uno de los niños.
– Ella es tu hermana mayor, Pascal.
- ¿Y qué es lo que busca aquí?
– Ella vino a ayudarnos con nuestra tarea.
- Está bien !
De repente apareció Faustin, el dueño de la casa. Este último, tras aparcar su moto frente a la habitación, volvió sobre sus pasos y se dirigió hacia su mujer.
- Tú, ¿a dónde fuiste hoy con mi hija? él gruñó.
La señora estaba muy sorprendida y...
–¿Cuál es