XI Siervos
Los lamentos y el amargo llanto de la princesa regaban la tierra esteril y abandonada que sería su tumba. ¿Qué sentido había tenido arrancarla de su dulce hogar para luego dejarla allí, sola?

¿Qué quería la criatura? No lo entendía. Tampoco entendía por qué ella seguía allí si ya nada le impedía huir. Sin dudas, por la misma razón que había regresado con alimento para él; el trato con su padre.

Pero, que la criatura se fuera ¿no significaba que la rechazaba como ofrenda? De ser así, la paz que tanto habían celebrado se perdería para siempre y sería su culpa, aunque no comprendía del todo qué había hecho mal. ¿Ser ruidosa? ¿Estar sucia? Ella ya se había aseado y ni siquiera se quejaba por su cruel destino. Tal vez la criatura podía percibir aromas ajenos al olfato humano, no lo sabía. No sabía nada de él salvo que era un monstruo abominable aunque su rostro dijera todo lo contrario.

Permaneció derrumbada junto a los establos cerca de la entrada del palacio lo suficiente para ver al so
NatsZ

Al parecer, la bestia no es tan bestia. ¡Gracias por leer!

| 29
Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo