Enzo es el primero en despertar, era lo que este creía hasta que el pequeño cachorro pegado a su costado le da una patada. El mafioso lo toma en brazo y lo recuesta en su pecho, no esperaba esta calurosa bienvenida y que Mia le permitiera estar cerca del bebé.
—Eres un madrugador, —le dice a su hijo que trata de gatear en el torso de su padre, Enzo sonríe y acaricia su cabellera castaña mientras el pequeño se queda quieto recibiendo los mimos.
Mia no tarda mucho en despertar, le sonríe a sus dos acompañantes y el alfa la atrae a su pecho, Enzo se siente muy feliz de estar rodeado de dos olores que ama y que lo hacen sentir en total tranquilidad.
»¿Qué te gustaría hacer hoy? —pregunta.
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