Capítulo 34. Perteneces a mi mundo
Mia Lennox
Abro mi boca con sorpresa, o sea que aparte de dormir conmigo, se casó con la serpiente, Enzo se mantiene recostado en la cama y no deja de mirarme, no sé ni cómo tomarme esta noticia tan desagradable.
—¿Por qué lo hiciste? —pregunto, es lo único que puedo articular.
—Estaba dolido… no voy a negarlo, pero soy un hombre que está roto, Mia, —se sienta en el borde de la cama.
—No te encuentras roto, —no puedo enojarme por su error, Enzo con mucha frecuencia suele hacer las cosas con la cabeza abrumada.
—¿Por qué lo dices?
—Porque nunca me enamoraría de alguien que está roto, —su mirada se vuelve muy profunda después de que digo esas palabras.
—¿Me amas? —pregunta.
—Es muy pronto para decir que te amo, pero no muy temprano para confesarte que puedo llegar a amarte mucho más que cualquier persona que haya existido, —no puedo negarlo y soy honesta con el italiano, sé que en su pasado existió una mujer de la cua