Capítulo 36. ¿Cachorros?
Enzo Marchetti
Mi pequeña familia duerme en la habitación principal del yate, me alegra tener un momento a solas con ellos, suspiro recordando la tarde de hoy, Mia casi me hace cometer una locura al verla en ese modo tan caliente y juro por Dios que cuando me divorcie me la follaré una noche completa hasta hacerle desmayar.
Observo mi teléfono y tengo cientos de mensajes de Kristin, no ha dejado de llamarme después de que paso una semana y todavía no regreso a Venecia, supongo ya le llegó la noticia de que quiero divorciarme y eso es porque tengo a mi abogado haciendo el papeleo rápido para separarme de ella y al fin darle mi apellido a mi hijo cuando me case con Mia.
Estoy pensando en cómo le pediré matrimonio, no quiero que sea de manera brusca o poco inusual, me gustaría, aunque todavía no llegamos a la etapa de decirnos, te amo, pedirle que se case conmigo de la manera más romántica que pueda existir.
Pienso también en el señor Lennox y mi acuerdo con él