Mi Rol
El día comenzó con el frescor golpeando la ventana, el vidrio empañado por el calor de la taza de café que alguien había dejado allí. Lía talló sus ojos y miró a Kael sentado a los pies de la cama, en su mano una carta que Eliot le había hecho. Lo vio sonreír con ternura a las faltas ortográficas.
-Buenos Días. -Saludó Lía.
-Buenos días. -Kael dobló el papel y se puso de pie por su taza. -¿Cómo te sientes? -Preguntó rápidamente tomando asiento nuevamente, esta vez más cerca de ella.
Le ofreció la taza y Lía aceptó cómo si fuera la cura para todo. Tomó y cerró los ojos ante el elixir amargo en su boca.
-Ahh! Nada mejor al despertar. -Dijo agradecida.
-¿Cómo? ¿Y el bello hombre que lo ofrece va incluido? -Bromeó y Lía sonrió.
-Es la mejor parte. -Continuó.
-Anoche… Pasé por lo de nuestra charla pendiente. -Aceptó la taza que Lía le regresaba. -Pero, estabas bien dormida. -Se guardó el dato de haberla escuchado roncar un poco.
-Es cierto. -Pareció apenada y Kael continuó.