El coche chilló hasta detenerse.
El cuerpo de Victoria se tambaleó hacia adelante antes de que fuertes brazos la tiran de la espalda, aplastándola contra un pecho duro. La fuerza repentina le quitó el aliento de los pulmones.
"Qué... Sus ojos se abrieron con horror.
"No te muevas", gruñó Dante suavemente en su oído.
El sonido de los neumáticos que se detienen detrás de ellos y el aire olía a gasolina.
El corazón de Victoria latía violentamente contra sus costillas.
La voz del conductor tembló mientras hablaba. "Jefe... estamos encajonados. Dos coches detrás, uno delante".
El silencio cayó dentro del vehículo.
"Pidré refuerzos ahora mismo". Dijo el conductor mientras la bala volaba a través, pero no podía penetrar el cristal.
Dante sabía que era cuestión de tiempo antes de que la bala se rompiera.
Victoria miró fijamente al hombre que estaba a su lado; se estaba recuperando de una pelea, ahora esto.
Estaba tranquilo.
El tipo que vino antes que la sangre.
La mano de Dante se deslizó des