Escaparse.
A lo largo del camino hasta el hospital, Victoria acosó su cabeza en el pecho de Dante. Él notó su cambio de humor y pensó que necesitaba ser revisada en el hospital, y sus hombres heridos también.
Las luces del hospital eran demasiado brillantes.
Victoria cerró los ojos cuando las puertas del coche se abrieron, el fuerte olor a antiséptico corriendo hacia ella incluso antes de que apareciera la camilla. Ella nunca pensó que volvería a visitar este lugar tan pronto.
Todo se sentía irreal.
Demasiado rápido.
"Cuidado", ladró Dante mientras los paramédicos se apresuraron hacia adelante.
"Estoy bien", insistió el conductor con los dientes apretados, la sangre se derramaba por su manga. "Solo atiéndete primero a la jefa".
"Déntralo adentro", interruyó Dante con frialdad. "Déjame preocuparme por mi mujer".
Victoria observó impotente mientras el conductor se alejaba, con la cara pálida por la pérdida de sangre.
La culpa se envolvió alrededor de su pecho como un alambre. Esto pasó por mi culp