POV : Alexander Líbano
Lo miré.
Miré a Carttal y me sentí… satisfecho.
Ahí estaba, temblando de rabia, con el rostro pálido y los ojos desorbitados. Su mandíbula tensa, los puños cerrados, y ese brillo en la mirada que no sabía si era de miedo, de impotencia o de odio. Tal vez era todo junto.
Era perfecto.
Justo como lo había imaginado. Justo como lo había planeado todos estos años estando oculto , acechando como un leon entre las sombras .
—¡Eres un maldito enfermo! ¡No tienes derecho! ¡Largo de aquí antes de que te haga desaparecer de nuevo! —gritó Carttal, fuera de sí, y los guardias tuvieron que poner una mano en su pecho para evitar que se lanzara hacia mí de nuevo.
Yo no dije nada.
No era necesario.
Mi silencio lo irritaba aún más. Y eso me gustaba.
No necesitaba palabras cuando mi sola presencia lo destrozaba.
Me mantuve de pie, con las manos en los bolsillos, el rostro tranquilo y la cabeza en alto. Por dentro, sin embargo, ya saboreaba el golpe final. Ese que estaba a punto