POV : Carttal Azacel
La puerta de la empresa se abrió con un golpe seco, y entré con pasos firmes, cargando una furia que apenas podía contener. Mis guardaespaldas venían detrás de mí, como sombras silenciosas, sabiendo que algo no andaba bien. Mi rostro estaba endurecido, tenso, como una piedra a punto de quebrarse, y mis ojos fijos al frente, incapaces de disimular la rabia que hervía en mi interior.
Ethan me había llamado minutos antes. Su voz tensa, frustrada, me había dado la noticia que no quería escuchar: aún no había rastro de Alexander.
Maldito cobarde.
—Señor —la voz dulce, algo temblorosa de mi secretaria me sacó un segundo del torbellino mental—, lo están esperando en la reunión.
Ni siquiera la miré. Apenas solté un gruñido bajo, un simple:
—Mmm.
Le extendí el portafolios a uno de mis guardaespaldas y continué sin detenerme. Crucé el pasillo que llevaba a la sala de juntas, y al abrir las puertas, el aire cambió de inmediato. Un silencio denso, pesado, se apoderó del ambie