Tu amor es para mi Sr. Benjamín
Winnie no pudo contener las lágrimas. Su corazón latía con fuerza, y por un momento, no encontró las palabras. Miró a Benjamín, a sus hijos que lo observaban expectantes, y a sus amigos que la animaban con sus gestos y susurros emocionados.
—¡Di que sí, mami! —gritó uno de los niños, rompiendo el silencio con su entusiasmo infantil.
Winnie rió entre lágrimas y asintió con fuerza, incapaz de hablar al principio. Finalmente, encontró su voz:
—Sí, Benjamín. ¡Sí, quiero casarme contigo!
El lugar estalló en aplausos y vítores. Benjamín se levantó con una sonrisa radiante y colocó el anillo en el dedo de Winnie antes de tomarla en sus brazos y besarla apasionadamente.
Luego de unos minutos, William y sus amiguitos corrieron hacia ellos, abrazándolos, mientras sus amigos y vecinos se acercaban para felicitarlos.
Los fuegos artificiales seguían iluminando el cielo, pero para Winnie y Benjamín, nada era tan brillante como el amor que compartían en ese momento. La noche se convirtió en una cele