Capítulo 48: En busca de Karla.
Nos quedamos allí, riendo y bromeando, disfrutando de la ligereza del momento. La conexión entre nosotros se sentía más fuerte que nunca, reforzada no solo por el deseo y la intimidad, sino también por la alegría y el sentido del humor que compartíamos.
Esa mezcla de seriedad y humor, de pasión y juego, era lo que hacía que nuestra relación fuera tan especial.
La mañana siguiente, Ian y yo nos despertamos con el sol acariciando suavemente nuestras caras. Nos miramos y compartimos una sonrisa, sintiéndonos más unidos que nunca.
Nos levantamos y nos vestimos, todavía riendo y bromeando por la pregunta chusca de Ian la noche anterior. Bajamos juntos hacia el comedor, preparados para enfrentar el día con la misma alegría que habíamos compartido la noche anterior.
Sin embargo, al entrar en la sala, notamos un silencio inusual. Todos estaban reunidos frente al televisor, sus rostros estaban marcados por una mezcla de sorpresa y preocupación. Nos acercamos, tomados de la mano, y miram