Capitulo 13. Diego Hassiel
Salí del baño con agua tibia, el perfecto baño para relajar todos mis tensos músculos; toda esta situación me tenía estresado en el mejor sentido. Solo faltaba contárselo a mi amada esposa, la cual por cierto aún no ha llegado.
Me coloco la toalla alrededor de mi cadera para cubrir mi parte inferior, dejando descubierto mi pecho.
Caminé hasta la mesa de noche donde tengo mi teléfono, al chequearlo me doy cuenta que Regina no me ha devuelto las llamadas, ni ha respondido mis mensajes.
Justo en ese momento cuando la intento llamar de nuevo escucho que alguien entra a mi habitación, es ella.
—¿Dónde estabas amor?— pregunté preocupado.
—ah, lo siento amor—hace una breve pausa, me abraza—es que me distraje un poco con unas hermosas tiendas de cosas para bebés, fue difícil resistirme.
Me dió mucha ternura verla en ese plan.
—Oww, amor. Me hubieses dicho, me encantaría acompañarte a hacer esas compras.
—no co