Maldito jodido Jesucristo. Estaba empapada. Y miré abajo de nuevo. sabiendo lo que haría si seguía mirando. Su blusa mojada se pegaba a su cuerpo, pero trató de ocultario, cruzando sus brazos. Sus piernas brillaban con el agua que goteaba hacia abajo, y sus pantalones cortos se aferraban a sus tonificados, muslos mojados.
-¿Jared? ¿Podrías responder? -grító. La casa está destrozada.Traté de mirarla de nuevo. ¿Por qué? ¿Quién demonios sabe? Cada vez que la veía, quería enterrar mi corazón y cuerpo dentro de ella.-El perro se escapó me atraganté. ¿Qué demonios?. ¿Así que lanzaste una rabieta? ¿Sabe tu madre lo que hiciste a la casa?Y ahí es cuando la pared volvió a subir. Mi madre. Tate mirándome como si no pudiera controlarme. Como si fuera débil.No quería hacerle daño ya, pero no iba a dejaria entrar, tampoco.-¿Qué te importa? No soy nada, ¿verdad? ¿Un perdedor? Mis padres me odian. ¿No fueron esas tus palabras? Sí, esto era