Después de desayunar, Luz le preparó un termo con sopa y Julia se dirigió al hospital.
Al llegar, fue a tomar el ascensor. Pero el hospital estaba muy concurrido por la mañana y los dos ascensores principales estaban ocupados. Decidió ir a otro más alejado.
Ese ascensor estaba vacío, pero para llegar a él tenía que pasar por un pasillo. Mientras caminaba, escuchó una voz familiar: —Doctor Souza, ¿aún puedo salvar a este bebé?
¡Era la voz de Alicia!
Julia se detuvo instintivamente, con el corazón acelerado.
El doctor Souza respondió: —Señorita González, no hay nada que hacer. En las últimas dos semanas ha tenido dos ecografías y ambas muestran que el embarazo no es viable. El bebé ya...
El doctor no terminó la frase y continuó: —Usted también lo ha notado, con el sangrado frecuente y el dolor abdominal. Le recomiendo que se someta a la cirugía lo antes posible. Retrasarla podría dañar su salud.
Alicia no respondió.
El corazón de Julia latía con fuerza. ¿Así que el embarazo de Alicia se