Andrés dijo:
—No necesita que te preocupes por ella. Puedes irte.
—Está bien—respondió Alicia sin decir más, despidiéndose de Julia con un gesto de la mano y una sonrisa.
Julia permaneció inexpresiva.
Poco después, entró una secretaria con una bolsa en la mano.
—Señor Andrés, ya compré lo que pidió.
—Dáselo a ella—ordenó Andrés.
La secretaria se acercó a Julia y le entregó la bolsa. —Señorita Gómez, aquí están la ropa y los productos femeninos. Puede cambiarse en el baño.
—Gracias—dijo Julia algo sonrojada, tomando la bolsa y dirigiéndose al baño.
Después de arreglarse y ponerse el nuevo vestido rosa, salió del cubículo. El rosa, sin duda, era del gusto de Andrés. Al salir, vio a Alicia esperándola frente al espejo con los brazos cruzados.
Con una sonrisa en los labios, Alicia le preguntó: —Julia, ¿firmaron el divorcio hoy?
—Todavía no—respondió Julia con honestidad.
Los ojos de Alicia se enfriaron. —Deberías apurarte, o cuando su madre se entere, seguro te llamará al hospital para hab