Ella necesitaba dinero ahora, solo dale un poco de dinero.
Todos se quedaron atónitos, mirando a Julia.
—¿Qué pasa? ¿Una señorita adinerada que no quiere siquiera pagar los gastos médicos? —Julia sonrió y dijo.
—¿Quién dijo que no quiero pagar? Dime la cantidad —Irene, enfadada, levantó la barbilla y dijo.
—Cincuenta mil —respondió Julia temerosa de que se arrepintiera, y de inmediato Y le hablé de su cuenta bancaria.
Irene sacó su teléfono y dijo —el dinero ya está en tus cuentas, échale un vistazo para que no digas después que no cumplí.
—Recibido —dijo Julia al ver que había ingresado Cincuenta mil a su cuenta. Se sintió mucho mejor, recibir dos bofetadas a cambio de 50 mil pesos valía la pena.
La escena se volvió extraña. Andrés vio a Julia recibir el dinero y su rostro se volvió frío.
Ella, por su parte, tomó el dinero y se fue.
Andrés frunció el ceño y la siguió, caminando delante de ella con insatisfacción.
Julia se preguntó
qué había hecho para ofenderlo.
Se tocó la