Julia, repentinamente, abrió los ojos, con una luz fría brillando en su mirada, y clavó el sacacorchos que tenía en la mano en el estómago de Jairo.
Jairo gritó de dolor y se dobló, sujetándose el vientre mientras caía al suelo.
El sacacorchos era el mismo que Julia había tomado de la mesa momentos antes. Con un golpe certero, logró su cometido y de inmediato salió corriendo.
—¡No te escapes!—gritó Jairo —¡Atrápenla, a esa maldita!
Varios guardaespaldas se apresuraron a perseguirla.
Julia sintió que las piernas le fallaban. Estaba mareada, apenas consciente. Quería llegar de vuelta a la habitación de Emilia, pero cuando estaba a punto de subir las escaleras, varios guardaespaldas la agarraron y la detuvieron en el pasillo.
Jairo, jadeando, salió tras ella, con una expresión de furia en el rostro. Agarró su cabello y la presionó contra la pared.
—Muy bien, parece que a Julia le gusta transmitir en vivo en público. Entonces, voy a hacerte ese favor—gruñó mientras se acercaba a ella. Diri